“Hablar bien, disponer de una habla rica y diversa,
encontrar
la expresión adecuada para cada idea
o emoción que se quiere comunicar,
significa
estar mejor preparado para pensar,
aprender,
dialogar, y también, para fantasear,
soñar,
sentir y emocionarse.”
Mario
Vargas Llosa – La literatura y la vida.
El
reto empieza cuando cambies un “k” por
un: que, un “x” por un: por. La lectura solo podrá hacerlo. Cuando las palabras
empiecen a florecer en la extraordinaria conversación ya sea por el tan popular
medio del “whatsApp” o “chat” intenta desafiar a ese lenguaje tan poco elegante
y sin mucha coherencia, no por el hecho de ahorrar tiempo, sino por el hecho de
actitud, elegancia, y decencia.
Las
palabras son el arte de expresarse, el medio por el cual queremos expresar
nuestras ideas, y de sobretodo comunicarnos. Me entristece, que muchos de
nosotros en algún momento hayamos utilizado términos completamente
degenerantes, poco elegantes cuando no es necesario. Las palabras cuyos
términos dicen más de lo necesario, y se utilizan como una tendencia a la moda y que muchas veces, muchas personas
no saben exactamente cuál es su significado. El recurrente problema es utilizar
esos términos que aparentemente están de moda y se utiliza por un tipo de lenguaje estrictamente difícil de
comprender, y se tiene que tener casi un diccionario para comprender aquellos
términos sumamente degenerantes. No
pondré específicamente las palabras que últimamente se utilizan. Por qué caería
en ese exceso de poca elegancia e insuficientes vocablos con los cuales no creo
y no deseo expresarme.
Esos
llamados insultos sumamente maquiavélicos que se utiliza por repulsión hacia
una persona, y se deslizan por la lengua de muchas personas en una discoteca,
bar, universidad, baño, etc no por evidente maldad, sino por la insuficiente
información del significado de aquel vocablo que provoca hacia la otra persona
que es el receptora a sentirse cohibido y muchas veces con miedo a tal variedad
de palabras totalmente degenerantes en la lengua de tal individuo que solamente
lo dijo porque “está de moda y no hay otra manera de decirlo” o es “popular”.
Respira, respira hondo. Y tranquilízate. Piensa en la forma de expresarte.
Piensa en la actitud, en la elegancia, y la coherencia con la cual debes expresarte. Y
no por el hecho a lo que piense la gente
de ti, porque uno no puede controlar comentarios, sino por identidad,
inteligencia y armonía y ante todo respeto contigo y otros.
No
se podría cambiar de la noche a la mañana un programa de televisión chatarra
por un libro. Es difícil. Es arduo. Por eso existe la responsabilidad y el
cambio que empieza por ti y solo por ti. Sé esa clase de diferencia que
necesita nuestro país, nuestra universidad, tu clase, tu grupo de amigos, esa clase de diferencia que te haga
culturizado, civilizado, elegante, respetuoso, y coherente.