martes, 5 de noviembre de 2013

"La elegancia y la forma de expresarse"




“Hablar bien, disponer de una habla rica y diversa,
encontrar la expresión adecuada para cada idea
 o emoción que se quiere comunicar,
significa estar mejor preparado para pensar,
aprender, dialogar, y también, para fantasear,
soñar, sentir y emocionarse.”
Mario Vargas Llosa – La literatura y la vida.

El reto empieza cuando  cambies un “k” por un: que, un “x” por un: por. La lectura solo podrá hacerlo. Cuando las palabras empiecen a florecer en la extraordinaria conversación ya sea por el tan popular medio del “whatsApp” o “chat” intenta desafiar a ese lenguaje tan poco elegante y sin mucha coherencia, no por el hecho de ahorrar tiempo, sino por el hecho de actitud, elegancia, y decencia.

Las palabras son el arte de expresarse, el medio por el cual queremos expresar nuestras ideas, y de sobretodo comunicarnos. Me entristece, que muchos de nosotros en algún momento hayamos utilizado términos completamente degenerantes, poco elegantes cuando no es necesario. Las palabras cuyos términos dicen más de lo necesario, y se utilizan como una tendencia  a la moda y que muchas veces, muchas personas no saben exactamente cuál es su significado. El recurrente problema es utilizar esos términos que aparentemente están de moda y se utiliza por  un tipo de lenguaje estrictamente difícil de comprender, y se tiene que tener casi un diccionario para comprender aquellos términos sumamente degenerantes.  No pondré específicamente las palabras que últimamente se utilizan. Por qué caería en ese exceso de poca elegancia e insuficientes vocablos con los cuales no creo y no deseo expresarme.

Esos llamados insultos sumamente maquiavélicos que se utiliza por repulsión hacia una persona, y se deslizan por la lengua de muchas personas en una discoteca, bar, universidad, baño, etc no por evidente maldad, sino por la insuficiente información del significado de aquel vocablo que provoca hacia la otra persona que es el receptora a sentirse cohibido y muchas veces con miedo a tal variedad de palabras totalmente degenerantes en la lengua de tal individuo que solamente lo dijo porque “está de moda y no hay otra manera de decirlo” o es “popular”. Respira, respira hondo. Y tranquilízate. Piensa en la forma de expresarte. Piensa en la actitud, en la elegancia, y  la coherencia con la cual debes expresarte. Y no por el  hecho a lo que piense la gente de ti, porque uno no puede controlar comentarios, sino por identidad, inteligencia y armonía y ante todo respeto contigo y otros.

No se podría cambiar de la noche a la mañana un programa de televisión chatarra por un libro. Es difícil. Es arduo. Por eso existe la responsabilidad y el cambio que empieza por ti y solo por ti. Sé esa clase de diferencia que necesita nuestro país, nuestra universidad, tu clase, tu grupo de amigos,  esa clase de diferencia que te haga culturizado, civilizado, elegante, respetuoso, y coherente.

Un buen profesor mío dijo en clases: el nivel de inteligencia que uno tiene en este tiempo es por la cantidad de palabras que uno utiliza en su vida. Tener aquellas palabras raras, hablar con propiedad, extender tus perspectivas, conocer otras culturas solo de por la lectura. ¡Vamos! Abrir un libro ya sea de filosofía o de plena literatura no solo te cambia la perspectiva sino te cambia la vida.