sábado, 7 de septiembre de 2013

Hoy es hoy.




A mi clase de cuarto año.

Cuatro años contando este son los que he estado en la universidad.  Fue  a los dieciséis que ingrese a la Católica, llena de motivaciones y energías por comenzar aquella etapa nueva de mi vida. Han pasado muchas situaciones desde que ingrese a la universidad, mi sentido de responsabilidad, vocación y tenacidad han mejorado muchísimo. No ha sido fácil, las cosas geniales no se dan de la noche a la mañana. Las cosas tienen un proceso, un trayecto.

Mi carrera, psicología, la cual aún estudio es una de las experiencias más gratas que he podido vivir hasta ahora. Aprender, y ser ante todo tenaz me ha ayudado muchísimo.  Las clases que día a día asistí, y a las cuales una que otra falte, porque no quiero mentir, hubo días en los que falte por leer el último capítulo de aquel libro que me inquieto mucho, o por motivos de salud, me ayudaron a llegar a la conclusión que quizás estoy en la mejor etapa de mi vida. La etapa universitaria, es una de las mejores que estoy viviendo. Desde hace dos años, las prácticas y los cursos fueron llenando mi día, dejando solo la noche para escribir. Fue difícil al comienzo, llegar a casa y prender la lap top para estar concentrada en la novela que estaba escribiendo, y al mismo tiempo en la universidad.

Aprendí que algunas cosas se tienen que separar y como todo: debe tener su tiempo.  Tiempo para examinar las prioridades y las cosas que deben esperar.  Quizás alguno de mis compañeros de carpeta de la universidad este leyendo esto o uno de mis profesores.  Cada día, de los que he ido a clases he aprendido algo de mí misma. A subir el tono de voz en las exposiciones, a ser puntual, a opinar con argumentos, a respetar y a sobretodo a ser paciente.

La universidad, me ha regalado grandes oportunidades, como empezar a escribir en este pequeño espacio, a seguir alimentando esos sueños que no tenían mucho que ver con mi carrera profesional pero si con la pasión de vivir, la de escribir. Ha sido muy interesante, ver como algunos de mis compañeros han crecido como personas y como psicólogos. Como los profesores que han dictado clases, son muy profesionales y humanos.

Falta poco para que termine esta época, otra se aproxima lentamente, dejemos hablar al tiempo, las cosas que faltan hacer aún son muchas.  Solo mirémonos hoy, porque quizás hoy sea la última oportunidad que tengamos. No perdamos aquellas oportunidades que se nos presentan. Lucha querido compañero, para lograr aquello que deseas lograr. Yo no soy una experta en temas de oportunidades, pero siempre camina con la verdad y el coraje para lograr tus sueños.

Aprovecha cada una de las cosas que se recibe en clase, no te quedes callado, pregunta, opina, no hay que quedarse con ese bichito que invade nuestra cabeza,  aprovecha la oportunidad del hoy, por que recuerda  que quizás sea la última que tengamos.
Alista tu mochila o bolso, arriesga y no temas a sonreír y a empezar este día con el brillo único que tienes. Porque hoy es hoy.